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Fontina

Queso Fontina: un tesoro de los Alpes italianos

El queso Fontina es uno de los productos lácteos más conocidos y apreciados no sólo en Italia, sino en todo el mundo. Originario del Valle de Aosta, una región montañosa del noroeste de Italia, este queso semicocido representa un equilibrio perfecto entre tradición, arte quesero y respeto por el territorio. Con su sabor único y su textura inconfundible, la Fontina se ha convertido en un símbolo de la cocina italiana y un ingrediente versátil en muchas recetas.

La historia de Fontina: raíces antiguas

Los orígenes del queso Fontina se remontan a siglos atrás, cuando los pastores del Valle de Aosta comenzaron a producir quesos para conservar la leche de sus vacas durante los largos inviernos alpinos. El nombre «Fontina» aparece por primera vez en documentos históricos que datan del siglo XIII, pero se cree que su producción es aún más antigua.

El Valle de Aosta, con sus pastos ricos en hierbas aromáticas y flores de montaña, ofrece un ambiente ideal para la cría de vacas valdostanas, cuyas características únicas influyen directamente en la calidad de la leche y, en consecuencia, del queso. La fontina ha sido un alimento fundamental para las comunidades locales durante siglos, gracias a su alto valor nutricional y su capacidad de conservarse durante mucho tiempo.

En 1996, Fontina obtuvo la Denominación de Origen Protegida (DOP), que garantiza su producción según métodos tradicionales y rigurosos estándares de calidad, exclusivamente en el Valle de Aosta.

La producción de Fontina: tradición y artesanía

La producción de Fontina es un proceso complejo que requiere experiencia, paciencia y un profundo respeto por la tradición. Todo comienza con leche cruda de vacas de raza Valdostana, alimentadas exclusivamente con hierba y heno de pastos locales. Esta leche, rica en grasas y proteínas, se procesa pocas horas después del ordeño para preservar su frescura.

Coagulación: Se calienta la leche a una temperatura de aproximadamente 36°C y se le añade cuajo natural, que provoca su coagulación. La cuajada resultante se corta luego en granos pequeños para facilitar la separación del suero.

Cocción y moldeado: La cuajada se cuece a una temperatura de unos 48°C, lo que le da al queso su típica consistencia elástica. Luego se coloca en moldes redondos y se prensa para eliminar el suero residual.

Salazón: Los quesos Fontina se sumergen en salmuera durante aproximadamente 12 horas, paso crucial para dar al queso su sabor característico y ayudar a su conservación.

Maduración: La Fontina se añeja durante un periodo mínimo de 3 meses, durante los cuales se voltean y cepillan las piezas periódicamente para asegurar una maduración uniforme. Las bodegas de maduración, a menudo excavadas en la roca, mantienen una temperatura y una humedad constantes, condiciones esenciales para el desarrollo de los aromas y la consistencia del queso.

Características de la Fontina: un queso único

La Fontina destaca por su color amarillo pajizo, su textura compacta pero elástica y su sabor dulce y delicado, con notas de frutos secos y un ligero regusto herbáceo. La corteza fina y de color marrón es un signo distintivo de su larga maduración.
Uno de los aspectos más fascinantes de Fontina es su versatilidad. Dependiendo del tiempo de maduración, el queso puede presentar diferentes características:

Fontina joven (3-5 meses): más suave y delicada, ideal para consumir al natural o en platos ligeros.

Fontina Añeja (más de 6 meses): más intensa y compleja, perfecta para fondues y recetas más elaboradas.

Fontina en la cocina: un ingrediente versátil

La fontina es un queso extremadamente versátil, que se presta a una amplia gama de preparaciones culinarias. Gracias a su capacidad de fundirse uniformemente, es especialmente apreciado en platos calientes y fondues. A continuación se muestran algunas de las recetas más famosas que incluyen Fontina:

Fondue Valdostana: La fondue es quizás el plato más emblemático asociado a la Fontina. Elaborado con queso fundido, leche, mantequilla y yemas de huevo, es una delicia cremosa y envolvente, perfecta para acompañar pan, verduras o carne.

Polenta alla Valdostana: La fontina se utiliza a menudo para enriquecer la polenta, creando un plato sustancioso y reconfortante, típico de la cocina de montaña.

Risotto de Queso Fontina: El risotto preparado con Fontina es una explosión de sabores, gracias a la cremosidad del queso que combina perfectamente con el arroz.

Tartas y pasteles: La fontina es un ingrediente ideal para tartas, pasteles y flanes salados, donde su delicado sabor combina bien con verduras, carnes y otros ingredientes.

Cata Natural: No olvidemos que la Fontina también es excelente sola, acompañada de un buen vino tinto o con miel y frutos secos.

Curiosidades sobre Fontina

Fontina y los Walser: La producción de Fontina está vinculada a la cultura de los Walser, una comunidad de origen germánico que se instaló en el Valle de Aosta en la Edad Media. Los Walser introdujeron técnicas avanzadas de crianza y elaboración del queso, contribuyendo a la difusión de la Fontina.

Cooperativa Produttori Latte e Fontina: Fundada en 1957, esta cooperativa reúne a productores locales y garantiza la calidad y la autenticidad de la DOP Fontina. Actualmente se producen más de 400.000 versiones de Fontina al año.

Fontina en el cine: Este queso fue protagonista de una memorable escena en la película “La Grande Bouffe” (1973), donde se utiliza para preparar una gigantesca fondue.

Conclusiones: Un queso que cuenta una historia

El queso Fontina es mucho más que un simple producto lácteo: es un símbolo de tradición, artesanía y amor por el territorio. Cada forma de Fontina contiene el aroma de los pastos alpinos, la sabiduría de los queseros y la historia de un territorio que ha hecho de la calidad y la autenticidad sus puntos fuertes.

Ya sea que se disfrute sola, derretida en una fondue o utilizada en una receta elaborada, la Fontina siempre ofrece una experiencia sensorial única. Si visitas el Valle de Aosta, no pierdas la oportunidad de degustar este extraordinario queso y descubrir los secretos de su elaboración. La Fontina es un auténtico tesoro de los Alpes, un regalo de la naturaleza que sigue conquistando paladares de todo el mundo.